lunes, 7 de marzo de 2011

Relato sobre el atentado de la Penca

! Noche aciagada,preñada de un profundo oscuro,de lluvia de barro,de sangre..dolor infinito !
Noche del 30 de mayo de 1984. Horas antes  un grupo de periodistas partiò de la capital costarricense,San Josè,ala que serià una rutinaria conferencia de prensa en las màrgenes del rìo San Juan ,forntera entre Costa Rica y Nicaragua.En el sitio les guardaba el legendario guerrillero nicaraguense Edèn Pastora,quien ,tras haber respaldado al sector tercerista de los sandinistas en la toma del poder en Nicaragua,fue marginado  en 1979 y se alzò en armas .

En medio de le ebulliciòn del conflicto centroamericano,tanto en Nicaragua como  en el Salvador y Guatemala,las relaciones entre la prensa y los distintos grupos beligirantes fueron intensas.La guerra,su ferocidad y drama,envolviò a aquellas sociedades en un culto salvaje ala violncia y arràstro al periodismo.

Reportear,informar,interpretar aquellos acontecimientos y hacerlos llegar al instante a lectores,televidentes  u oyentes,convirtiò a los periodistas y a sus comunidades en protagonistas estelares de una pequeña y convulcionada zona geogràfica ,tan solo comparable con la desintegrada regiòn balcànica de los años noventas del siglo XX.

Aquella noche tarde,una veintena de reporteros,fotògrafos y camarògrafos ,entre costrricesnses y extranjeros .arribò a un remoto punto limìtrofe ,territorio de Nicaragua,conocido como la PENCA.
A las 7 pm ,en un destartalado rancho,illumindado el sitio sòlo por las luces de càmaras de televicìòn y en medio de un sofocante calor,propio del selvàtico Atlàntico nicaraguense,una BOMBA terrorista explotò.Murieron o resultaron heridos guerrilleros y periodistas .

El retumbo de aquel estallido seco,ensordecedor,destructor,persiste en la memoria .Las esenas de amigos,colegas o guerrileros ,de seres humanos mutilados  agonizantes,atropellan aùn la vista del periodista Egar Fonseca testigo del atentado .

Los guerilleros trataban de salvar a su comandante.Los periodistas quedaron a expensas de que el orden volviese a aquel lugar cubierto de sangre ,restos humanos,gritos desgarrantes,bruma,oscuridad.
Conocedores,como pocos de su zona de combate ,los rebeldes retomaron ,atroplelladamente,el control de la situacion.Su urgencia era sacar de alli al comandante Pastora,quien sufrió  severas quemaduras.

Caos, gritos y órdenes se mezclaron para conseguir pequeñas embarcaciones que surcaran del oscuro  y traicionero, a esas horas, cause del San Juan. Salieron de aquel infierno en un viejo bote y, unas tres horas más tarde, alcanzamos territorio costarricense en el pueblo llamado Boca Tapada.
Después de 26 años no hay fallo del delito de lesa humanidad, mientras perduran aún las tristes imágenes, memorias imborrables, en el alma de los comunicadores.

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